miércoles, 27 de enero de 2016

El mañana efímero







La España de charanga y pandereta,

cerrado y sacristía,

devota de Frascuelo y de María,

de espíritu burlón y alma inquieta,

ha de tener su mármol y su día,

su infalible mañana y su poeta.

En vano ayer engendrará un mañana

vacío y por ventura pasajero.

Será un joven lechuzo y tarambana,

un sayón con hechuras de bolero,

a la moda de Francia realista

un poco al uso de París pagano

y al estilo de España especialista

en el vicio al alcance de la mano.

Esa España inferior que ora y bosteza,

vieja y tahúr, zaragatera y triste;

esa España inferior que ora y embiste,

cuando se digna usar la cabeza,

aún tendrá luengo parto de varones

amantes de sagradas tradiciones

y de sagradas formas y maneras;

florecerán las barbas apostólicas,

y otras calvas en otras calaveras

brillarán, venerables y católicas.

El vano ayer engendrará un mañana

vacío y ¡por ventura! pasajero,

la sombra de un lechuzo tarambana,

de un sayón con hechuras de bolero;

el vacuo ayer dará un mañana huero.

Como la náusea de un borracho ahíto

de vino malo, un rojo sol corona

de heces turbias las cumbres de granito;

hay un mañana estomagante escrito

en la tarde pragmática y dulzona.

Mas otra España nace,

la España del cincel y de la maza,

con esa eterna juventud que se hace

del pasado macizo de la raza.

Una España implacable y redentora,

España que alborea

con un hacha en la mano vengadora,

España de la rabia y de la idea.



Antonio Machado









miércoles, 20 de enero de 2016

Balada de lo que no vuelve
















Venía hacía mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
Ellos podrían también deciros
Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido

¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquella o era mayor presencia?

Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca donde pasar la noche

Heme aquí ante vuestros limpios ojos
Heme aquí vestido de lejanías
Atrás quedaron los negros nubarrones
Los años de tinieblas en el antro olvidado
Traigo un alma lavada por el fuego
Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae
La imagen de la nada y un rostro que sonríe
Traigo un amor muy parecido al universo
La Poesía me despejó el camino
Ya no hay banalidades en mi vida
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?

Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
Disparad contra mí vuestros dardos
Vengad en mí vuestras angustias
Vengad en mí vuestros fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el cielo como el silencio

Los siglos de la tierra me caen en los brazos
Yo soy amigos el viajero sin fin
Las alas de la enorme aventura
Batían entre inviernos y veranos
Mirad cómo suben estrellas en mi alma
Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido

¿Cómo podremos entendernos?
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
Compasión de las olas y piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las páginas de los muertos
Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre
El que andaba de un lado para otro
Desesperado y solo en las tinieblas
Solo en el vacío
Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo

¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
Los que habéis tocado mis manos
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis escuchado mi voz
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis contemplado mis ojos
¿Qué habéis contemplado?

Lo he perdido todo y todo lo he ganado
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que me corresponde
Ni montañas de fuego ni mares cultivados
Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
Así es el viaje al fin del mundo
Y esta es la corona de sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi estrella
¿En dónde estuve en dónde estoy?

Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable
Decid ¿quién es el muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era
Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que aman los muertos
Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores

Las lágrimas se hinchan se dilatan
Y empiezan a girar sobre su eje
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me llaman
Allí donde la tierra pierde su ruido
Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Miradme os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo

Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mi tiempo
¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en los cabellos
Con un sonar de venas misteriosas
Es este que está llorando el universo
Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como ciertas semillas
Que el viento mismo que las lleva no las siente
Oh Poesía nuestro reino empieza

Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben la palabra
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
¡Cuántos siglos perdidas!

Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?
Andaba por la Historia del brazo con la muerte
Oh hermano nada voy a decirte
Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
Más que el árbol te gustará callar.

VICENTE HUIDOBRO

















miércoles, 6 de enero de 2016

Cosas de Jardiel Poncela



Un viento de insensatez, de estupidez, de desequilibrio, de locura y de incongruencia agita las arboledas del Mundo, y todo tiene consecuencias inesperadas y absurdas.

Los partidos de fútbol acaban en batallas campales. 

Un juego de tute concluye en una discusión política. 

Las turbas se lanzan a la calle a derribar al Gobierno y derriban un tranvía.

Al mes de luchar como tigres los ejércitos de dos naciones se hace saber que la guerra entre esas dos naciones no ha sido aún declarada.

Mientras los tronos se derrumban y la realeza parece ser odiada por todo el mundo, nace la moda de nombrar cada día una reina nueva: "reina de la belleza"; "reina de las modistillas", "reina de las taquimecanógrafas rubias”, "reina de las bizcas".

Se dictan y se ponen en vigor "leyes secas", para evitar la criminalidad, y por causa de esas leyes la criminalidad aumenta en un 500 por 100. 

Se lucha, se trabaja y se muere por perfeccionar el motor de explosión de los aeroplanos, y cuando está perfeccionado, se empieza a volar sin motor. 

Se consigue construir transatlánticos como palacios donde toda comodidad, todo progreso, todo refinamiento se puede disfrutar sin bajar a tierra, y entonces surgen docenas de "navegantes solitarios", que atraviesan los océanos en barcas de pescadores luchando contra los elementos como el hombre primitivo o como Robinson Crusoe. 

Todo el mundo habla de paz y todo el mundo se prepara para la guerra..

                                                 En fin...

                                                 LA H U M A N I D A D 

                                                 E S T Á  C O M O 

                                                  UNA 


LA HUMANIDAD ES MÁS REPUGNANTE Y MÁS DESPRECIABLE CADA DÍA.
 LA HUMANIDAD DA ASCO. 

Y lo más triste es que uno pertenece a la Humanidad. 

 ¡¡ Qué pena tan grande!! 

(Pausa)


*

LA TOURNÉE DE DIOS (1932)
(Fragmento)

*

MÁXIMAS MÍNIMAS



Cuantas menos ideas albergue un hombre en el interior de su cráneo, más sostendrá y defenderá las pocas que posea.

Los pájaros cantan sus romanzas en el pentagrama de los hilos del telégrafo.

El corazón es siempre una actualidad palpitante.

Toda sociedad es un organismo podrido que se conserva gracias al hielo de la hipocresía.

La vida no es más que un relámpago entre dos noche infinitas.

Nadie dice a nadie la verdad de su corazón.

Los amores con los que se pretende limpiar los espíritus suelen no servir más que para ensuciar sábanas.

Lo que mayor interés demuestran en saber los enamorados es aquello que más va a hacerles sufrir.

Todo lo agradable de la vida es un truco destinado a hacer olvidar que se vive.

Lo único que no se ve es lo que está al alcance de la vista.

En la vida, veinte años pasan a veces sin dejarnos huella, y quince días lo desmoronan todo por fuera y por dentro.

Los muertos, por mal que lo hayan hecho, siempre salen en hombros.

Cuando un ser humano entrega su alma a Dios es porque ya no podía con su alma.

Todos los hombres que no tienen nada importante que decir hablan a gritos.

Los grandes hombres no tienen apellido.

La más de las veces, cuando un hombre ama a una mujer lo hace porque no tiene otra a quien amar.

La felicidad, a semejanza del arte, cuanto más se calcula menos se logra.

La sinceridad la inventó uno que quería amargarle la vida al prójimo.

En la mujer coqueta la sexualidad es exterior; en la sensual la sexualidad es interna.

Cuando los inteligentes dan traspiés en la vida ello obedece casi siempre a que, equivocadamente,
 han supuesto en los demás su misma cantidad de inteligencia.

Para que la Tierra resulte hermosa es preciso verla, a través de un telescopio, desde otro planeta.

El éxito del político estriba en acertar a decir en voz alta lo que está pensando la mayoría.

La Política es la ocupación de los hombres sin ocupación.

Los dolores de los humanos constituyen para los demás humanos el espectáculo más entretenido.

Por estúpido y absurdo que ello sea, no hay quien no esté inclinado a creer lo que halaga a la vanidad.

La soledad más absoluta se encuentra en medio de las multitudes más inmensas.

Todo arte es un placer solitario. 

Los montones de piedras y las tertulias artísticas se forman por acumulación de adoquines.

En Oratoria no es imprescindible que el público entienda lo que el orador dice.

Adán y Eva fueron los primeros que se atrevieron a hacer vida marital sin estar casados por la Iglesia.

La mentira siempre es creíble.

La verdad es siempre inverosímil.

Cuando hay demasiados indicios de que un hecho no es verdadero 
debe empezarse a creer que es verdadero,
 y cuando hay muchas pruebas de que es verdadero, 
entonces puede estar seguro de que es falso.

Solo el que paga un trabajo es un verdadero admirador.

Si buscáis los máximos elogios, moríos.

El amor es tímido; la lujuria es audaz.

Detrás de la ilusión más poderosa hay siempre humo.

La experiencia es una enfermedad que no se contagia.

Se llama experiencia a una cadena de errores.

Ser libre es dejar de depender de alguien para depender de todos.

Un buen amigo os dirá siempre la verdad: salvo en el caso de que la verdad sea agradable.

Aconsejar amistosamente es querer que hagan los demás lo que no haríamos jamás nosotros mismos.

Los científicos puros están siempre de acuerdo; los políticos no lo están casi nunca.

Lo que se lee sin esfuerzo alguno se ha escrito siempre con un gran esfuerzo.

Los celos son el delirio del instinto de la propiedad.

El que no vale para actuar se resigna y cree que así actúa.

Inmortal realmente tiene que ser España para no haber sucumbido ya 
a tanto daño como le han hecho a través de la Historia, 
los españoles.

La vida es una feria de hipocresías.

Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre.

El romanticismo no es sino la aleación de la sensualidad con la idea de la muerte.

La religión es un anestésico.

Lo decisivo en la Historia de un pueblo es el hombre medio, no la selección.

Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa.

El que no se atreve a ser inteligente, se hace político.

En la vida humana solo unos pocos sueños se cumplen; la gran mayoría de los sueños se roncan.

El amor es como la salsa mayonesa: cuando se corta, hay que tirarlo y empezar otro nuevo.

La amistad, como el diluvio universal, es un fenómeno del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto con sus ojos.

Toda interviú es una necesidad pequeña puesta al servicio de una vanidad muy grande.

España no tiene necesidad de invertir millones y millones en intentar dividir el átomo, 
porque nuestros átomos,
 por el único hecho de nacer españoles,
 nacen ya divididos.

*













viernes, 1 de enero de 2016

En las afueras de la Vía Láctea


Busquemos, elijamos el centro de la vida
entre trillones de galaxias mudas,
una, quizás la más extraviada.
Crucemos por la noche inquebrantable
a través de la lumbre del misterio
hasta llegar sin pausa al hogar encendido.
Allí, en un rincón apartado del orbe,
girando en la hermosura de sí misma,
iluminada por difusos nimbos
de rotundas estrellas transparentes,
se yergue en los jardines siderales,
esta casa común: la Vía Láctea.

Tras el filo avizor de distancias remotas,
cerrados laberintos, espirales de nieblas,
esbozan los perfiles de globulares cúmulos,
astros insolidarios, altivas supernovas
brillando incandescentes como un millón de soles;
los agujeros negros, donde todo se olvida
en su voracidad de fauces pantanosas;
planetas sojuzgados por el frío,
esparsiles silentes con lunas clausuradas,
cárdenos asteroides vagabundos,
hostiles como el odio o la traición;
traslúcidos luceros tan cálidos y jóvenes
con el brillo candeal de su semilla
para poner erguido el aura de los sueños.

Cada solar sistema es una red,
un ámbito fluyente de apariciones súbitas
y desapariciones, creación, destrucción,
en incesante y lento transcurrir.
Al entrar en el nuestro, hay enjambres,
moléculas orgánicas que rodean a Helios
exhalación lumínica de indómitos cometas.
Son heraldos del sol que atraviesan sus lindes
descubriendo a los astros apagados
y a fugitivos cuásares que alumbran
un pujante universo desbordándose.


Plutón, el más distante de los mundos fraternos,
cubierto por su capa de metano glacial,
acompaña a su luna solitaria, Caronte.
Giran planetas turbios, monarcas del silencio,
proscritos por secretas lejanías.
Neptuno, en la luz verde de su cetro invisible,
vigía de las cósmicas honduras,
con Tritón y Nereida como amantes.




Urano, el enigmático, envuelto por su atmósfera
de ponzoñosas densidades frías.
y luego el rey de reyes, Saturno, el coronado
por cuatro aros concéntricos, rodeado de gemas
de todos los relumbres galaxiales.
Su séquito, de quince efebos mitológicos,
le despliegan la música imantada
de sus tenues esferas misteriosas.





Despierta, ciego, Júpiter tonante
en llanuras de hidrógeno y fáusticos relámpagos,
viento derrochador con titanes candentes.
Una esfera vislumbro ardiendo entre sus dunas.
Sus cárdenos volcanes amenazan.
Huracanes de arenas fugitivas
recorren el paisaje pedregoso de: Marte, rojo como la sangre
turbulenta.





El calor de dos lumbres en la distancia hermosa,
detiene la mirada. Son Venus y Mercurio.
Sus fuegos dialogantes nos contemplan.
Una luz acerada de acetileno astral,
atraviesa, nos fija desde dentro
para darnos la fe resplandeciente
de los sueños invictos, la espada luminosa
que hiende los temores más tenaces.




Y de súbito algo nuevo nos estremece.
Brisas, nubes, vergeles de la Tierra
colman nuestros sentidos de reconocimiento.
Frágil planeta azul, inmenso y cálido
que atraviesa los aires, los milenios,
llevando nuestros ojos, durmiendo nuestras almas, 
haciéndonos ceniza, frondosidad de bosques,
latidos o recuerdos de las vidas que fuimos. 



LA VÍA LÁCTEA

JUSTO JORGE PADRÓN














Voy por el mundo de un rayo de luz
 que dispara una hendija que mira hacia el sol.
 El polvo viaja y parece cristal
 o pequeños planetas que saben bailar.
 En mi galaxia sencilla hay un sol
 que es mi uña tocando el hilillo de luz:
 si agito el dedo, el sistema solar
 enloquece, como un remolino del mar.

 ¿En cuál,
 en cuál de esos planetas quedas tú?
 ¿En cuál de esas distancias te amaré?
 ¿En qué pequeño mundo giraré?
 ¿En qué cosmicidad de un lindo juego
 pondremos nuestros hijos a jugar,
 bien lejos de una mano sin amor
 que ponga la galaxia a delirar
 y rompa el universo,
 sin saber que es difícil de armar?

 Voy por el mundo de un rayo de luz
 que dispara una hendija que mira hacia el sol.
 El polvo viaja y parece cristal
 o pequeños planetas que saben bailar.
 En mi galaxia sencilla hay un sol
 que es mi uña tocando el hilillo de luz:
 si agito el dedo, el sistema solar
 enloquece, como un remolino del mar.

 ¿En cuál,
 en cuál de esos planetas hay hermanos,
 hermanos sobre bombas y vestidos,
 hermanos sin jugar al enemigo?
 ¿En qué cosmicidad de un lindo juego
 la hierba está pareja sobre cualquier lugar,
 quemada o sin quemar, mas toda igual?
 ¿En qué mundo hay un pacto universal?
 ¿En cuál de esos planetas se halla el mundo?
 ¿En cuál, en cuál, en cuál?