lunes, 19 de septiembre de 2016

Amor feliz

¿Es normal,
es serio, es positivo?
¿De qué le sirven al mundo dos seres
que no ven el mundo?

Enaltecidos mutuamente sin merecerlo,
dos cualesquiera entre un millón, mas convencidos
de que les sucedería. ¿En recompensa de qué? De nada.
La luz cae de ninguna parte.
¿Por qué da en ellos y no en otros?
¿Ofende a la justicia? Sí.
¿Infringe las normas establecidas con esmero,
despeña la moraleja desde la cumbre? Infringe y despeña.

Mirad a los felices:
¡Si al menos se escondieran un poco,
si fingieran agobio para reconfortar a los amigos!
Escuchad cómo ríen: es una afrenta.
En qué lengua hablan, al parecer comprensible.
Y esos ceremoniales, esos miramientos,
esas primorosas y mutuas atenciones,
¡diríase un complot a espaldas de la humanidad!

¿Qué ocurriría
si su ejemplo se imitara?
A qué recurrirían la religión y la poesía,
qué sería recordado y qué olvidado,
quién eligiría permanecer encerrado en el círculo.

Amor feliz. ¿Es necesario?
El tacto y el juicio obligan a silenciarlo
como si fuera un escándalo de las altas esferas de la Vida.

Los bebés espléndidos nacen
pero nunca lograrán poblar la tierra
ya que pocas veces sucede.

Que quienes no conocen el amor feliz
sigan afirmando que no existe un amor feliz en ningún sitio del mundo.
Con esa creencia les será más fácil vivir y también morir.



























jueves, 8 de septiembre de 2016

Lizano de Berceo


Fui al médico del cerebro,
del alma,
los médicos
con su uniforme blanco,
los curas
con su uniforme negro,
los militares
con su uniforme verde,
el papa
con su uniforme blanco.

Ya vemos
lo que les pasa a los dominantes
cuando prescinden del uniforme.
Qué ha sido, por ejemplo,
de los reyes
sin su uniforme...

Por no hablar del uniforme
de los bomberos, de los policías,
de los conserjes,
de los mayordomos,
de las monjitas, de los presos,
de los jueces,
¡vaya uniforme el de los jueces!...

¿Y los burgueses?
¿Y su uniforme de señores?
¿Y el de los cocineros?
Pobres cocineros:
hasta los cocineros
revestidos... Y las novias
vestidas de blanco
cuando se dirigen
a firmar con los novios
el contrato...
¡plaga de contratos!

Y qué sería este mundo sin uniformes:
sería
el mundo real poético...

El caso es que fui al médico
del alma, del cerebro...
¡qué pretensión salvar el alma
con la teología,
o la química
y otros derivados
de la Razón! Y cómo
va a curar con su locura
la Razón al alma
al liberarse de su dominio
si liberarse de su dominio 
es lo único
que puede salvarla.

El caso es que fui al médico,
con su uniforme blanco,
llamado bata,
como los farmacéuticos,
como los fantasmas...
hundido por aquel
desamor que había
herido gravemente y, cómo no,
mi alma
y me dio una medicina
como si el alma
fuera un intestino
o una garganta.

Y yo le dije: no necesito
medicina, necesito
cariño...
Y pensé:
lo que yo necesito,
lo que todos necesitamos,
es que se acaben los uniformes,
que todo cambie de sentido.

Y las órdenes,
que se acaben las órdenes,
las recetas, los específicos,
los sermones, sobre todo
los sermones.

Recuerdo que cuando yo
era un niño
íbamos a la escuela
con uniforme.
¡Venga! ¡Todos uniformados!
Qué educativo...

Y qué son las ideas
sino uniformes malditos
si lo que necesitamos
es cariño, mucho cariño...

Y al cabo de cierto tiempo
volví al médico y me preguntó
si me había tomado la medicina.
Y le dije que no
Y él, indignado, me dijo:
¡No sé
ni cómo le recibo!



























jueves, 1 de septiembre de 2016

La construcción de un sueño



Siempre hay tiempo para un sueño.

Siempre es tiempo de dejarse llevar
por una pasión que nos arrastre hacia el deseo.

Siempre es posible encontrar la fuerza
necesaria para alzar el vuelo y dirigirse hacia
lo alto.

Y es allí, y solo allí, en la altura, donde
podemos desplegar nuestras alas en toda su
extensión.

Solo allí, en lo más alto de nosotros mismos,
en lo más profundo de nuestras inquietudes,
podremos separar los brazos, y volar.
























viernes, 19 de agosto de 2016

Moonshadow


 I'm being followed by a moonshadow, moonshadow, moonshadow 
Leaping and hopping on a moonshadow, moonshadow, moonshadow 
And if I ever lose my hands, lose my plough, lose my land, 
If I ever lose my hands, Oh if.... I won't have to work no more. 
And if I ever lose my eyes, if my colours all run dry, 
Yes if I ever lose my eyes, Oh if.... I won't have to cry no more. 
I'm being followed by a moonshadow, moonshadow, moonshadow 
Leaping and hopping on a moonshadow, moonshadow, moonshadow 
And if I ever lose my legs, I won't moan, and I won't beg, 
Yes if I ever lose my legs, Oh if.... I won't have to walk no more. 
And if I ever lose my mouth, all my teeth, north and south, 
Yes if I ever lose my mouth, Oh if.... I won't have to talk
Did it take long to find me? I asked the faithful light. 
Did it take long to find me? And are you 
gonna stay the night?
I'm being followed by a moonshadow, moonshadow, moonshadow 
Leaping and hopping on a moonshadow, moonshadow, moonshadow



(Cualquier disculpa es buena para escucharle...)



*




La LUNA desde Logroño - 18 de agosto de 2016
(Fotografías caseras)

martes, 9 de agosto de 2016

Esas quejas del piano...



a intervalos desprendidas,
sirenas adormecidas
que evoca tu blanca mano,
no esparcen al aire en vano
el melancólico son;
pues de la oculta mansión
en que mi pasión se esconde,
a cada nota responde
un eco del corazón.