viernes, 31 de enero de 2014

Adiós a Félix Grande





Un mar, un mar es lo que necesito.
Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.
Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No. Nada, nada,
únicamente un mar.
Tampoco quiero flores, manos,
ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.
No quiero que me hablen de amor
a cambio del amor.
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.
Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar,
un mar donde llorar a mares
y que nadie lo note.

Francisca Aguirre (Testigo de excepción) 










5 comentarios:

Sirgatopardo dijo...

El apellido le iba ni pintado.
Por cierto, como os gusta el mar a los de tierra adentro...

Sirgatopardo dijo...

Camarón tenía el salitre de la Isla atrancado en la garganta.

carlos perrotti dijo...

Un mar es su propia escritura que sigue-seguirá fluyendo...

marian dijo...

La muerte de un poeta es una gran pérdida, pero nos dejan una gran herencia.

marian dijo...

Es verdad, buena definición, más arte no se puede tener. El mar...muchísimo.